Creemos que el periodismo tiene mucho que ofrecer, mucho en lo que trabajar y mucho por transformar. Yo reivindico el curso de periodismo y comunicación, porque me ha abierto muchas puertas para mejorar mi forma de comunicar y para crecer como periodista con vocación y sentido.
Este curso me ha ayudado a imaginar y construir un camino compartido, un espacio donde cabemos todas y todos, donde las ideas toman forma y donde las palabras tienen valor.
Nos ha abierto la mente y las oportunidades. Nos ha inspirado a tener ideas para proyectarnos en el mundo de los medios de comunicación, y a comunicarnos mejor con las personas que nos rodean.
Creo firmemente que el periodismo es una profesión como cualquier otra, y por eso defendemos que las personas con discapacidad también debemos tener un abanico de oportunidades reales, que a día de hoy todavía no son suficientes.
También es fascinante descubrir hasta dónde podemos llegar, de cuántas cosas somos capaces, incluso a la hora de abrirnos camino dentro del mundo laboral y de los medios de comunicación.
Hablemos sin filtros de música y emociones
La música también es un espacio inclusivo. Es una profesión y un arte que acoge a personas diversas, con y sin discapacidad, y nos conecta a través de las emociones.
Y ustedes, ¿qué creen que realmente nos mueve hoy en día?
Las emociones. Desde sentirlas, escucharlas, expresarlas y tocarlas. Es una sensación brutal cuando compartimos aquello que nos pasa. La música nos transforma y nos permite mostrar quiénes somos de verdad. Nos ayuda a priorizar aquello que nos hace sentir vivos y a expresarnos a través del arte escénico.
Cada persona es un mundo, vive las emociones a su manera e interpreta la realidad desde su propia experiencia.
Reflexiones que nos hacen crecer
¿Deberíamos juzgarnos unas a otras por nuestras capacidades o por cómo gestionamos nuestra vida laboral?
Creo que no. Cuando tenemos demasiadas iniciativas a la vez, podemos sentirnos desbordados, perder el equilibrio y dejar de disfrutar de lo que hacemos.
Hay que reconocer los errores, aprender de ellos y volver a empezar. Aunque cueste, a veces tenemos que detenernos, pensar y actuar con conciencia sobre cómo decimos y hacemos las cosas.
El mensaje que quiero transmitir es este: aprender a gestionar las emociones y no juzgarnos constantemente. Todo forma parte de la vida de cada uno, también de la mía.
Vivir en un mundo de colores y oportunidades
Es fantástico vivir en un mundo de colores, imaginar un futuro donde tengamos objetivos, retos, iniciativas y proyectos, partiendo de la base de una vida digna, con trabajo, independencia y la libertad de elegir quién queremos ser.
Me gustaría ser un ejemplo para muchas personas que se sientan identificadas. Porque cuando nos damos voz, rompiendo filtros, lo que contamos puede cambiar realidades.