Crónica desde la Fàbrica del Sol
El pasado jueves por la mañana, la Fàbrica del Sol, en el barrio de la Barceloneta, se llenó de personas de todas las edades y orígenes para hablar de justicia climática. El acto fue la presentación de un manifiesto colectivo, fruto de semanas de diálogo entre diferentes entidades: la Fundació Catalana Síndrome de Down (FCSD), Catnova, acidH, JAN y Oxfam Intermón.
La sala estaba llena y se notaba mucha expectación. El acto se titulaba «Diálogos intergeneracionales e interseccionales sobre justicia climática«, y tenía un objetivo claro: dar voz a colectivos que a menudo no somos escuchados en los debates públicos, en este caso sobre el cambio climático.
Como periodista y activista con síndrome de Down, me gustó participar y ver cómo nuestra opinión cuenta. Hablamos y escuchamos ideas muy interesantes. Por ejemplo:
- Poner luces en la calle que solo se enciendan cuando pasa alguien.
- Más árboles y plantas que no necesiten mucha agua.
- Más sombras y espacios verdes en las ciudades.
- Papeleras en las playas.
- Y cómo la crisis climática afecta más a los países del sur global.
Durante el acto, también hablaron Irma Ventayol, del Ayuntamiento de Barcelona, y una representante de la Agencia de Salud Pública. Hablaron del cambio climático y explicaron el Plan Clima, que busca reciclar más, fomentar las energías renovables, mejorar el transporte público y crear más refugios climáticos para protegernos del calor.
El mensaje que más se repitió es que queremos una ciudad centrada en la vida, no en el negocio ni el turismo. Una ciudad más amable, verde y justa para todos.
Para mí, actos como este son importantes. Nos dan espacio para expresarnos, escucharnos y construir un futuro mejor. Y como dijimos: crear conciencia, dar nuestra opinión y que nos escuchen.